Hoy por la mañana, circa 8.30, mi lista de enemigos mortales ha sumado un nombre, y alcanza ahora el total de un enemigo mortal: usted. Usted, mensajero de UPS, desagradable ser humano, usted y su cabeza allanada por la impiadosa calvicie, usted y su amarillento y nicotinado bigote que parece gritar «¡Sí, soy pedófilo, y qué!»; usted que conduce fumándose un puro que lo envuelve en una nube de alquitrán y fetidez; usted que usa esos cordoncitos para que los anteojos le cuelguen, se balanceen y reboten sobre su pecho fofo, sucursal de su pubis; usted, mensajero de UPS, parca del asfalto, repartidor de terror, violador de semáforos, cazador de zebras, despachante de asquerosidad; usted, basura no reciclable, trozo de mierda masticado y redigerido, resultado de la cópula de un vagón cargado de putas sifilíticas y un toro semiestéril cuyo último espermatozoide logró la anticrística singamia.
Sepa, Señor Caca, que se ha ganado un enemigo para el resto de sus días. Aunque no nos veamos nunca más, desde hoy circa 8.30 hasta el día en que mi corazón se detenga por la pura vejez, por un infarto o por haber sido embestido, junto con el resto de mi cuerpo, por un colega de la Empresa de La Muerte para la que trabaja, sepa, decía, que hasta entonces le desearé en silencio una serie infinita de tormentos mentales y físicos, y lo odiaré, señor de UPS, lo odiaré por no haber frenado hoy cuando atravesaba yo territorio de peatones, por haber hecho caso omiso de la veintena de insultos que le grité tras comprobar que todos mis miembros continuaban en su lugar, por haberse encogido de hombros como respuesta total y final contra mis desesperados ruegos de que bajara la ventanilla -cuando lo alcancé en el semáforo siguiente- para que pudiera escucharme manifestarle la profundísima e imperdurable repugnancia que siento hacia usted y, por extensión, hacia la la empresa que lo emplea y cuyo nombre completo, si no lo es todavía, debería ser Un Puto Sicópata o Un Pedazo de Salame o Un Pedófilo Sinvergüenza. Y sepa que si me lo vuelvo a cruzar alguna vez, entre hoy y el día de mi muerte, eludiré el protocolo social que prescribe un intercambio verbal como proemio a un intercambio de golpes y le saltaré encima, donde sea que lo vea, y lo golpearé con cada vértice de mi cuerpo. O bien, si la calma me lo permite, tomaré velocidad desde una conveniente distancia y le propinaré tal patada voladora que sus dientes tendrán que serle retornados por mensajería urgente, lo cual no debería significarle un problema porque supongo que Un Puto Sicópata podrá hacerle entrega de su marfil sin cargo alguno o con un importante descuento de empleados.
Atentamente,
Lucas Varela.
1 Comentarios:
Che!!! ¿¿¿Estás seguro que tu encargo de China no viene en UPS???
Digo para no ofenderlos y tener aún un greater and greater delay...