Tres relatos navideños.

martes, 24 de diciembre de 2013 |


Jazz Christmas

«¡PINCHA EN EL BANNER Y VIVE UNAS NAVIDADES CON JAZZ CHRISTMAS!» dice el anuncio de Spotify porque tengo Spotify gratis porque prefiero que me ofrezcan Jazz Christmas que tener que desembolsar 10€ al mes y no porque sea caro, para mí está super bien lo que piden por mes en Spotify pero no tengo 10€ al mes para eso, prefiero gastarlos en caramelos y en tubos de helio para llenarme los pulmones de helio y hablar con voz finita cuando me siento muy solo y necesito fingir que alguien que no tiene mi voz me habla, y Elio es el personaje de la voz con helio y con bigote de dedo -es decir, me pongo un dedo pintado de negro con tinta china a modo de bigote cuando hablo con voz con helio y ese es Elio- que a veces viene a charlar conmigo y me trae caramelos.

Pero hoy hice click en el banner de la publicidad de Spotify porque hoy es 24 de diciembre y todo el día de hoy uno se siente obligado a sonreír y ser feliz y comprar regalos y recibir regalos PERO a veces uno no tiene nadie a quien comprarle regalos ni de quien recibir regalos y se pasa el día aspirando helio y poniéndose y quitándose el dedo del labio superior, el dedo bigote, y alternando voz normal y voz finita y abriendo una botella de vino blanco y brindando frente al espejo con la boca llena de caramelos. Entonces puse la lista de Jazz Christmas y me puse a hacer como un review de las canciones que van saliend un rato.

Una de las canciones del Jazz Christmas es Back door Santa de B.B. King. No está nada mal. Por suerte no son versiones navideñas de canciones que ya existan, sino versiones originales que de alguna manera remiten a motivos navideños de algún tipo. La reproducción aleatoria de la Jazz Christmas hace que después de B.B. suene una canción de Justin Bieber que se llama Only thing I ever get for Christmas, y tiene una parte que dice así:

If you're the only thing I ever get for Christmas
Then everything I wished for has come true
You're the single item on my list
You're my one and only Christmas wish
The mistletoe is where I'll be waiting, meet me there.

Cuando consigo meterme mucho en el personaje de Elio verdaderamente consigo sentir que hay un diálogo con él, y lo mejor es cuando discrepamos. Elio considera que la letra de Justin Bieber es profunda y valiosa y que tiene un mensaje muy sano de priorizar los lazos afectivos y no el consumismo salvaje navideño que nos obliga a rogar que alguien nos regale una tablet o cosas así muy del consumismo actual. Justin pide sólo el amor de alguien. Yo le digo que la música de Bieber está haciendo mucho daño. Elio dice que puede ser pero que por lo menos tiene un mensaje sano. Yo le digo que discrepo sobremanera y se acaba el helio. Por suerte Elvis sigue en la lista con una canción que se llama Blue Christmas. Una de las líneas de la canción dice «But I'll have a blue, blue blue blue christmas» y yo creo que voy a tener una navidad muy tristonga también, pero no pasa nada porque al menos tengo un tubo de helio, un dedo bigote, caramelos y anuncios publicitarios esporádicos de Spotify para hacerme compañía. Suena What child is this de Rod Stewart, pero ya no tengo ganas de hacer más reviews.

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Un Papá Noel Pedófilo en El Corte Inglés

Un e-mail en cadena muy viral alerta no sobre los peligros de unos traficantes de córneas, no sobre el inminente paso de un cometa, no sobre un eclipse loquísimo y no sobre la posibilidad de acceder a fondos bloqueados en un banco nigeriano sino sobre la existencia confirmada de un PAPA NOEL PEDÓFILO EN EL CORTE INGLÉS.
La cadena de e-mail no aclara nada más. Solo avisa en mayúsculas de grito histérico que se ha filtrado la información confirmada de que uno de los Papá Noel que deambulan por la sección de juguetes de alguna de las sucursales de El Corte Inglés es un pedófilo ex-convicto que ha conseguido infiltrarse y que disfruta muchísimo de sentar a niños en su falda y preguntarles qué quieren de regalo. El e-mail incluso reproduce posibles diálogos del Papá Noel Pedófilo con los niños, por ejemplo que cada vez que el niño enumera un regalo el PNP le dice «Mmmh, y qué más, y qué más, sigue, no pares, no ahora» en un tono muy sexual y siniestro y enfermo, probablemente salivando mucho y protegido por una espesa barba que absorbe ese excedente salival y oculta las expresiones faciales lascivas del Santa pedófilo. El e-mail advierte a los padres sobre este hecho y los invita a que estén atentos y no se separen de sus hijos y que si escuchan a algún Papá Noel de El Corte Inglés decir cosas en tono sexual y enfermo que ahí nomás lo reporten a las autoridades para que se pueda proceder a arrestarlo.
El tema es que los padres suelen ser muy protectores con sus hijos y es normal porque los quieren mucho y la naturaleza les da ese amor irracional y que rompe barreras, etcétera. Y el e--mail ha sido muy muy viral y ha salido en todos los diarios y se ha creado como una histeria general. El Corte Inglés no ha reaccionado ni en tiempo ni en forma, es decir que en lugar de retirar a todos los Papá Noel de sus tiendas lo que ha hecho es ABSOLUTAMENTE NADA. Los padres quieren mucho a sus hijos y cualquier amenaza es El Enemigo y hay que liquidarlo, con lo cual muchísimos Papa Noel han sido víctimas de palizas brutales como consecuencia de una mala interpretación extrema de los padres de la performance de los actores. Por ejemplo un Papá Noel que diga «Jojojo», eso los padres ya lo interpretan como un grito orgásmico pervertido y eréctil y enfermo y no como una carcajada clásica noelica, y con productos de la sección Juguetes como por ejemplo guitarritas o camioncitos o barbies de piernas filosas como puñales arremeten contra el entrañable gordo y le dan para que tenga, para que guarde y para que archive.
Encima una versión alternativa del e-mail en cadena alerta sobre la existencia de un Papá Noel Pedófilo pero ni siquiera aclara dónde. Entonces la histeria se hace todavía más colectiva y se empiezan a ver Papa Noeles apaleados en la calle y en el metro y en todos lados en general. El virus es global. Incluso se ven gordos que no van disfrazados de Papá Noel pero que son barbiblancos y/o con vestimenta roja trasladados en el Taxi de las Palizas hasta el Umbral del Fallecer.
Muere muchísima gente y el Corte Inglés cancela los contratos de los Reyes Magos para el 6 de enero.

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Un lanzamiento exclusivo de la Apple Store de Barcelona desata reacciones variadas.

La Apple Store de Barcelona venía anunciando el anuncio de una nueva app. Venía anunciando el anuncio, no hay error en esa frase. Desde el 15 de diciembre más o menos venían publicitando el inminente anuncio de una aplicación para dispositivos con IOS que sería exclusiva de la Apple Store de Plaza Cataluña y que se activaría el permiso de descarga a través de una validación por geolocalización. y se dijo también que la aplicación cambiaría la vida de todos para siempre. Sobre el 20 de diciembre confirmaron que lo anunciarían el 24 a la noche en la Apple Store de Plaza Cataluña, en un evento sin precedentes y muy brutal. La prensa especializada miró con escepticismo y ojo crítico la elección de una fecha y hora tan familiar y con tanto valor afectivo y muchos afirmaron abiertamente que no iría nadie. Pero Apple volvió a sorprender a todo el mundo y en realidad el día 23 por la noche ya había gente acampando y jugando al Candy Crush con manos temblorosas por el frío y también por la ansiedad de esa app tan revolucionaria y exclusiva.

El día 24 por la noche hubo una verdadera multitud. Apple cifró la asistencia en 200 mil personas, pero la Policía arrojó un número más moderado de 30 mil personas, lo que de todas maneras sigue siendo una locura total si se tiene en cuenta que se trata de un 24/12 y que es por una aplicación para teléfonos y tablets. 

Un empleado de Apple apareció sobre las 10 de la noche y saludó con cara de prócer. La gente gritó y aplaudió. Algunos lloraron y un hipster se desmayó. El empleado de Apple pidió silencio con un gesto de las manos y luego anunció la aplicación, que consiste en un código de programación que activa una función oculta preinstalada de los modelos de iPhone a partir del 4s y los modelos de iPad a partir de la tercera generación. Muchos que tenían iPhone 4 o iPad 2 procedieron a retirarse cabizbajos, y uno tiró una piedra que casi hiere al empleado de Apple.
La función oculta que activa el código de programación de la app exclusiva consistía en la reproducción de un jingle navideño compuesto e interpretado por Steve Jobs con ayuda de Hans Zimmer. La gente gritó y aplaudió mucho al escuchar el nombre de Jobs, y sobre todo al saber que habían  sido elegidos para disfrutar del jingle que el fundador de la manzana había legado para la posteridad. A esa altura ya mucha gente lloraba abiertamente y varios hipsters más se habían desmayado. El empleado de Apple sacó un iPhone de su bolsillo y tocó cosas en la pantalla y luego comenzó una cuenta regresiva de diez a cero y cuando llegó a cero gritó«¡A descargar!» y todos muy desesperados entraron en la App Store y algunos se vieron obligados a activar el GPS porque la geolocalización no te dejaba descargar la aplicación si no veía que efectivamente estabas en la Apple Store de Plaza Cataluña. Algunos se apartaron para escuchar en silencio el jingle navideño de Steve Jobs con ayuda de Hans Zimmer. Algunos se acurrucaron contra un árbol y abrazaron el teléfono y escucharon la melodía y la voz desafinada de Steve cantándoles al oído. Otros no pudieron soportar la intensidad de la experiencia y arrojaron su móvil a lo lejos y gritaron desconsolados. Otros se vieron soberanamente desilusionados y casi estafados con el anuncio y al mismo tiempo se vieron aplastados por la culpa de haber cancelado planes navideños con familiares, amigos o amantes para venir a escuchar un jingle de mierda de un ególatra asqueroso. Otros congeniaron entre ellos, se conocieron y acabaron la noche juntos, de bar en bar o en habitaciones de hotel o bailando en una plaza. Fue una navidad extrañísima en Plaza Cataluña, porque uno se paseaba entre gente en posición fetal con iPhones en los oídos tarareando una y otra vez el jingle en loop, entre gente llorando, entre gente besándose o vomitando de remordimiento o corriendo como locos para llegar a tiempo de una cena que habían cancelado.
El empleado de Apple estaba visiblemente perturbado por los acontecimientos y se metió dentro de la tienda y bajó la persiana y llamó a su madre para decirle que la quería. Su madre no respondió porque no tenía señal. El empleado lloró hasta dormirse, con la cabeza sobre el teclado de un MacBook Pro.




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