Despedidas de Orlando y Ravchenka.

jueves, 17 de julio de 2008 |

Juu.

Es duro para Orlando y Ravchenka despedirse.
Tardan horas.
Se abrazan, lloran, se desean suerte, se prometen que pronto se verán, se juran que no harán otra cosa que pensar en el otro, te voy a extrañar, yo también, voy a pensar en vos todo el día, yo también todo todo el día, te quierro, yo te quiero mas, no yo te quierro más, no yo te quiero más, no no yo te quierro más yo te quierro hasta Rrrusia.

No es que Ravchenka se vuelve a Moscú o que Orlando se va de viaje de negocios o que Ravchenka agoniza porque la atropelló un Chevallier de dos pisos o que Orlando agoniza porque se le cayó una viga en la cabeza.
Es que Orlando y Ravchenka no trabajan en el mismo lugar, y hasta la noche no se van a ver. Y se quieren mucho Orlando y Ravchenka, y sufren cuando no están juntos. Orlando se desconcentra en el McDonald's donde trabaja porque no puede dejar de pensar en Ravchenka y mezcla todos los pedidos. Ravchenka se distrae tanto recordando a Orlando tratando de hablar en ruso que a veces los autos tienen que tocarle bocinazos para que levante la barrera del peaje donde trabaja.
Se llaman en cada descanso pero no es lo mismo, no les alcanza. Ese olor tan rico que sólo Ravchenka tiene no se transmite como las palabras a través de las antenas y los satélites que giran alrededor de la tierra porque nadie ha descubierto como transmitir perfumes a través de los teléfonos y no tienen tiempo porque hay cosas más importantes como por ejemplo sacar celulares con agenda y con peine y con test de embarazo y con mp3 y con grabador de voz y con detector de mentiras y con ringtones polimetaultrafónicos y con pantalla de mil pulgadas y ahora con capacidad para diez mil millones de canciones ¡sí! podés meter más canciones que seres humanos hay en la Tierra.
A Ravchenka no le gusta tanto la voz de Orlando en el teléfono porque suena triste y se pone mal porque siempre le parece que falta tanto para que sean las 7 y pueda salir y volverse a verlo a Orlando además Ravchenka sabe que a Orlando en el McDonalds lo tratan mal y lo retan por mezclar los pedidos y los clientes siempre le gritan excepto esa vez que a una señóra alérgica a la cebolla se le cerró la glotis porque Orlando se olvidó y le puso cebolla a la hamburguesa de la señora, bueno esa vez la señora se moría de ganas de gritarle insultos a Orlando pero no podía porque se le habia cerrado la glotis de hecho no sólo se moría de ganas de gritarle sino que se moría en serio porque si se te cierra la glotis se complica mucho respirar que es una de las cosas imprecindibles para vivir otra es por ejemplo que el corazón no deje de latir o que la cabeza se mantenga conectada al cuerpo.

Cuando finalmente son las 7 salen de trabajar y corren al auto y corren a casa y suben corriendo las escaleras y cuando finalmente se encuentran hablan apresuradamente, hablan al mismo tiempo, abrazados, intercalando las palabras con besos, como te fue, me fue mal, queda tan poco y ya te vas, te voy a extañarrr, yo también, te quiero, yo más, no yo te quierro más, qué hora es, las nueve ya, qué tarrde...

12 Comentarios:

fulano/martínvillarroel dijo...

fue lo mejor que leí en mucho tiempo che. posta.

Anónimo dijo...

che,que groso sos, por cierto, que paso con la foto de la chica desnuda con el paraguas que no conoce las afeitadoras?

Anónimo dijo...

q bueno ja, muy groso posta...
antes de olvidarme, te cuento que reni me regalo el ultimo disco del flaco y sigue siendo grandioso ese señor. sigue sacandote el pedo ja asique te recomiendo escucharlo, te lo prestaria pero es un bardo llegar hasta alla... un abrazo
facu

Ay VAleria! dijo...

HOla

Me gustó mucho el "te quierrro hasta Rrrrusia"... es mucho querer con r, lo cual no es otra cosa que sincero..

Creo.

SAlut.

María Gabriela Costigliolo dijo...

que bueno, muy bueno, excelente.. me encanto: "...Se llaman en cada descanso pero no es lo mismo, no les alcanza. Ese olor tan rico que sólo Ravchenka tiene no se transmite como las palabras a través de las antenas y los satélites que giran alrededor de la tierra porque nadie ha descubierto como transmitir perfumes a través de los teléfonos.." muy bueno... muy bueno excelente... un beso

Chelo dijo...

Que melosos estos Orlando y Ravchenka. Aunque supongo que trabajar con los explotadores de McDonalds, debe provocar una necesidad de afecto severa.

Che loco, gracias por el linkeo

Manuelita dijo...

clap clap clap, lo demás sobra...como siempre

Anónimo dijo...

Igual mejor para Orlando, que se le mezclen los pedidos, así nunca va a salir mejor empleado del mes y no lo van a colgar en el cuadrito ridículo ese...

Saludos!

nt dijo...

che, tanto tiempo... esto de mudarse de ciudad e intentar re-ambientarse no es soplar y hacer botellas y me tiene un poco desconectada del mundo circundante... igual me gusta barcelona, y mañana me mudo a un piso al lado del marcito que tan negrita me tiene... en fin, un saludo :)

Grado Cero dijo...

Hola Lucas, gracias por sumarme a tus links, merci beaucoup
Me encantó el relato, ahora me dio miedo que me pase lo de Orlando y Ravchencka!

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

¡Ay! el amor... Romeo y Julieta, Tristán e Isolda, Orlando y Ravchenka, Pepe la Peste y la gata...

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