Última calada. Poema (neoneobarroco).

jueves, 27 de octubre de 2011 |

Es uno y muchos el humo vanidoso
-en la crujiente máquina de aliento-
entra recto y luego sale presuntuoso
a ser sortija en la torpeza de los vientos.

Deja huellas, aunque suaves, como tiza.
Color ámbar,  hacen áspera la voz,
lamen lento al pulgar que desceniza
y al bigote que se agita en cada tos.

En la última calada (aunque lo ignora)
el humo que es cautiva mariposa
devolverse no puede, lo demoran
destejidos trozos negros, antes rosas.

Un espasmo los escupe entre los dientes
a un pañuelo que recoge el escarlata
con  las piezas de la máquina silente
que sin suerte al viento quieto atrapar trata.

Se detienen para siempre los silbidos 
la ceniza surge húmeda y es negra
la victoria es del preso –que absorbido–
permanece agazapado y desintegra.

Para el aire eran bolsillos en el pecho
y sin embargo fueron jaula de otra ave:
un vaho cuervo acompáñate hasta el lecho,
en su pico, del panteón lleva la llave.



Nota: el neoneobarroco es un movimiento inaugurado hace un tiempo y que actualmente hace furor en el ámbito de la poesía, con congresos celebrados en todo el mundo para intentar descifrar estas perlas de condensación semántica y encriptación de la belleza. Yo lidero este movimiento.
El presente poema ha sido galardonado con el premio Góngora de poesía que coordinó la librería/tabacalera El culto carraspeo con el auspicio de Lucky Strike y su campaña Fumar te hace bohemio®. Integrará el volumen Muérase, por favor de próxima aparición en Lumen. Incluirá también los siguientes poemas neoneobarrocos:
           Pedo con caca en el metro.
           Omnipotencia de algunas cáscaras


0 Comentarios:

Comentar desde Facebook

Comentar desde Blogger