Pensamientos de Gladys desde el momento en que tropezó hasta el momento en que cesó de existir tras darse con la totalidad de la cara contra el filo de un buzón.

viernes, 14 de diciembre de 2012 |

Qué será de mi Billy Bob Thornton, qué será de Macaulay Culkin, qué sera del mundo sin mí, sin nadie que alimente a mis gatos, oh oh oh, y es tan feo el canibalismo entre gatos, el gatibalismo, digamos, jajaja, se me ocurren siempre las salidas más ingeniosas en los momentos en que me aproximo a la muerte, como aquella vez en que Julio pasó el semáforo en rojo y colisionamos con aquél camión que transportaba gas o algún combustible y se me ocurrió decir que el sonido de la inminente explosión sería inferior en volumen al de los gases que evacúa Julio por las noches, sobre todo en noches de partido que pide esas pizzas de Telepizza que tantos pedos le germinan, digamos, ajajaja, y cómo nos salvamos esa vez, pero de esta no, de esta no te salvas, oh Gladys, me encanta hablar en 'tú' cuando me acerco a la muerte, y el buzón oxidado me va a reventar los dientes, me va a desfigurar, esto es cajón cerrado pero con toda seguridad, qué lo tiró, con lo que soñé siempre con un funeral a cajón abierto, yo con los aros que me dejó la abuela Estenia, téngala Dios en la mismísima Gloria, radiante en el cajón abierto, maquillada, toda la palidez oculta, los labios carnosos bien rojos, una mirada cuidadosamente conseguida de paz, de trascendencia si se quiere, trascendencia quién sabe a dónde, si me preguntas, porque por lo que sabemos ahora mismo podría dirigirme nada más que al polvo, a la nada, o en un rato podría estar tomándome unos mates con la abuela Estenia, téngala Dios etcétera, o quizás en lo que tardo en decir "buzón" me reencarno en una ardilla o en un buitre o en un gusano manzanero o en Susan Sarandon, por decir algo, porque todo es energía, todo es transmutable siempre que uno no tenga intención de destruirlo, que es algo que no se puede hacer, no no no, máxima regla del universo, y por lo que sabemos en materia de religión apenas me estrelle contra ese buzón podría yo convertirme en un pedo del Julio o en el sonido homólogo de alguien que se agarra una axila y agita el brazo cual ala de ñandú, que eso también es energía susceptible de alojar el alma de un recién fenecido, no sé si me explico, pero caramba caramba, cómo me preocupan Billy y Macaulay, sobre todo Macaulay, tan chiquito, mi amor, si apenas si sabe maullar, encerraditos en el departamento vaya a saber uno hasta cuando, sometidos a una lucha contra el hambre y contra ellos mismos, cuando el bagre que les pica la panza les empiece a dar alucinaciones y se empiecen a ver mutuamente con cara de pescado, como pasa en los dibujos animados, y entre en acción el Impulso de Supervivencia y el Gatibalismo hasta que Billy Bob Thornton le tire un tarascón al pobre Macaulay, tratando de manducárselo, pero por favor qué filoso es ese buzón, oxidado, un asco, está en desuso, está como para adornar la ciudad supongo, con Internet además el tráfico de correos debe haber bajado un montón, pero dejaron el buzón como símbolo de tiempos pasados, supongo, y ahora como símbolo de Acá Se Murió Gladys La Desdentada, Abandonadora de Gatos Gatíbales, si pudiera de alguna manera dejar para la posteridad mi deseo flamante de que mi lápida sea una imitación a escala 1:1 de este buzón, lo hago, pero no hay tiempo, qué me quedarán, no más de tres segundos de vida, no más que eso, necesitaría un milagro secreto, como en el cuento de Borges, pero que me permita digamos contactar con el mundo, no como en el cuento, que es como si Dios se le cagara de risa en la cara al pobre tipo, en fin, no va a pasar, se viene el buzón.

2 Comentarios:

Prejuicioso dijo...

Sospecho que un año de meditación sobre la mejor posición de el cráneo al entrar en contacto con el buzón, y un movimiento premeditado y veloz al terminar ese año, podrían salvar a Gladys de el inminente desnuque.

Anónimo dijo...

genial!

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