Lo importante es tomar una postura. Ejemplos prácticos y casos avanzados.

lunes, 30 de marzo de 2015 |

¿Qué opina sobre tomar posturas?
¿NO SABE?
¿O sea que no tiene una postura al respecto?
¡EL HORROR! ¡EL HORROR! (Suenan alarmas. Se evacua la sala)

Sépalo: lo importante es tomar una postura. No importa tanto ante qué se está tomando la postura, o qué postura se esté tomando, siempre y cuando se esté tomando una postura. Yo tengo una postura tomada ante absolutamente todo, y si se me pregunta sobre algo y no tengo una postura tomada, la improviso ahí mismo. Su vida social, su vida sexual, el éxito económico y su carrera profesional dependen de esto. ¿No me cree? ¡Pero si eso es una postura! ¿No me cree que tengo una postura, una respuesta, para todo? ¡Pregúnteme, lo desafío!
USTED: ¿Cuál es su opinión sobre las flautas dulces?
YO (levantando el índice derecho e inclinando la cabeza en un ángulo de 45 grados, mirando al infinito, digamos): me opongo a las flautas dulces y las acuso de desacato emocional.
Como se ve, no hace falta que la postura se tome sobre un tema trascendente, como por ejemplo la existencia del alma o los derechos de los animales. Notará también que no es necesario que la postura tenga coherencia, puesto que «desacato emocional» carece de todo sentido.
USTED: ¿Y sobre los patos? 
YO: ¡Declaro rotundamente que los patos deberían tenerse por semi-deidades benditas ipso facto, a priori y summa cum laude!
Una postura no necesita tener sentido y la concordancia entre las palabras debe seguir las reglas más básicas de la gramática, pero nada más. Si hay cohesión, puede muy bien prescindirse de la coherencia. Para una mejor impresión de la postura, recomiendo utilizar frases en latín y ejercer un lenguaje corporal que transmita seguridad, convencimiento ante lo que se dice. Llevar sombrero ayuda, al menos que el contexto sea debajo del agua y la comunicación se dé por radio. 
USTED: ¿Ha reflexionado sobre el inmenso papel actual que las telecomunicaciones instantáneas tienen en las relaciones interpersonales? 
YO: Sí. Me asusta, me asusta que pronto no podamos vernos a la cara y llegue el apocalipsis.
Si uno no sabe muy bien qué pensar sobre aspectos siempre cambiantes de la sociedad pero aún así se ve obligado a tomar una postura, siempre viene bien rematar la sanción con una referencia apocalíptica. Como actualmente todo parece dirigirse al mismo-terrible-final, esto es, la auto-aniquilación de la raza humana, no es improbable que usted esté en lo cierto con este tipo de afirmaciones. Mantenga la abstracción bien arriba. ¡A ver esos macrónimos!

USTED: ¿Qué opina sobre los glaciares? 
YO: Son extremadamente fríos, grandes... y además ocultan gran parte de su cuerpo bajo el agua. Malditos. Hay que matarlos a todos.
Una postura aparentemente justificada científicamente y que al mismo tiempo proclame la necesidad de eliminar la totalidad o una gran cantidad de algo (por ejemplo, personas con pecas, perros rengos, glaciares, Tom Cruises) siempre queda bien. Se sugiere un tono grave en la pronunciación de este tipo de posturas y, si se cuenta con una mesa, golpearla con el puño en el momento final (en el ejemplo, el puñetazo en la mesa coincidiría con la palabra «todos», por eso la hemos puesto en cursiva).
USTED: ¿Cuándo practicó sexo por última vez? 
YO: ¿Y es eso relevante en tiempos como éstos, en que muere un niño de hambre cada tres segundos?
Si una pregunta lo compromete en su intimidad, o le obliga a enfrentar su realidad, o simplemente lo fuerza a compartir algo que no quiere, puede recurrir siempre a la negación de la relevancia a través del señalamiento de catástrofes naturales, horrorosas pandemias o lo mal que está todo en general, 
USTED: Dígame qué opina sobre los cálculos renales. 
YO: Ya se trate de cálculos renales o matemáticos yo no siento otra cosa que un profundo respeto, una admiración que me conmueve incluso ahora (temblor de voz por causa de la emoción) y... disculpe, disculpe (llanto con hipo).
El lector no se ha dado cuenta, pero yo no tengo idea de qué es un cálculo renal. Por eso he improvisado una postura internamente coherente y he evitado sucesivas preguntas que pudieran intentar corregirme a través de una performance muy efectiva de lo que yo llamo «emoción que quita el habla», o lo que el terrateniente William Cromsworthy llamaba «Wordtaking crying llant». Conviene llevar un pañuelo a mano con el que ocultar el rostro sin lágrimas, o bien llorar lágrimas, o bien llorar pañuelos, jaja.

USTED: Dígame abiertamente y sin pelos en la lengua qué opina usted sobre la prohibición del aborto. 
YO: ¿Es eso lo que de verdad me estás preguntando, Claire? ¿Es eso? ¿Quieres que te responda, eh, Claire?
A veces la postura debe tomarse sobre un tema delicado y que puede ofender a alguno de los presentes o a todos ellos. Supongamos que la pregunta de Claire tiene lugar en una marcha provida auspiciada por la Iglesia Católica y el partido conservador mayoritario. En situaciones como ésta, es conveniente recurrir al viejo y querido Responder con otra pregunta (ya vista en el ejemplo sobre la negación de la relevancia). La técnica, inventada en 1812 por Sir Alfred Rethorical Ghostbuster, ha sido levemente modificada por mí para dotar a la respuesta-pregunta de una Sugestiva Inducción de Culpa (SIC). Volviendo al ejemplo anterior, una respuesta-pregunta clásica del estilo de Sir Rethorical hubiese sido «¿Y qué crees tú, Claire?». La respuesta funciona como una superfice reflecto-semántica que devuelve toda su fuerza interrogativa al interlocutor que la formuló. Con mi versión dotada de SIC, sin embargo, la pregunta se vuelve sobre sí misma, toma fuerza, junta culpa, digamos, y ataca al interlocutor con fuerza, con desafío, con altísimas dosis de amenaza. De forma sutil y políticamente correcta, la pregunta no carece, sin embargo, de una violencia atroz: «¿Estás segura de que quieres ir por ahí, Claire? ¿Estás segura de que quieres descender a ese infierno? ¡Te mataré si lo haces, Claire! ¡A ti y a tus hijos! Los devoraré!»
USTED (que ha preparado los ñoquis): ¿Qué tal están los ñoquis? 
YO (que estoy controlando las náuseas): Nada me gustan más que los ñoquis, y por el olor infiero que son éstos los más celestiales de cuantos ñoquis han caminado este viejo y loco mundo que nos ha tocado habitar. Si tuviese que adjetivar con una sola palabra estos ñoquis, diría que son ESTRATOSFÉRICAMENTE DELICIOSOS. Si, lo sé, pero es que una palabra no es suficiente. No, no lo es... (suspiro)... Nunca... nunca lo es... (llanto). ¡NUNCA! Se disculpa y corre al baño.
Ya lo habrá deducido el lector, siempre que no tenga impedimentos cognoscitivos o carezca de las habilidades deductivas básicas: una postura puede involucrar varias técnicas de las descritas aquí al mismo tiempo. En ese ejemplo, me he liberado del compromiso de responder que los ñoquis sabían a cáncer de párpados con una postura que combinaba la hipérbole ensalzadora con el llanto, ya visto en el ejemplo anterior. Simplemente en este caso he añadido al llanto un Súbito Exabrupto y Visita al Toilette (SEVT) para acabar simultáneamente con la ingesta de ñoquis y la conversación sobre el tema. Simplemente brillante.
USTED: ¿Qué le parece la filmografía y la carrera cinematográfica de Christopher Nolan, director de Memento, The Dark Knight e Interstellar, entre otras piezas fílmicas? 
YO: Depende desde dónde se lo vea. Personalmente, me parece que sus películas carecen de una firma personal propia, aunque desde luego tiene un estilo que ya es posible calificar de (comillas con los dedos) nolaniano. Sus guiones son extremadamente originales, y al mismo tiempo son la suma y el amalgama de infinidad de clichés. Su originalidad radica no tanto en su obra como en la habilidad para ocultar el robo, las (comillas con los dedos) influencias, En pocas palabras, es el mejor director de nuestro tiempo, y por ello mismo, también el peor. El más original y el más (comillas con los dedos) rubigante.
Bueno, aquí nos acercamos ya a niveles avanzados de toma de postura improvisada. Se sugiere al lector no intentar esto en casa, y sólo hacerlo si ya a practicado mucho y se siente listo para  tomas de postura de este calibre.
Es sabido que el cine de Nolan divide las aguas del Océano Espectador. En el ejemplo anterior, estamos ante una respuesta de alguien que ha visto sus películas. Que las ha visto, pero que quizas no las ha entendido. Para no ingresar en una discusión con quien pregunta sobre Nolan –pues no sabemos si el que interroga lo hace desde el desprecio hacia el director de Inception y la búsqueda de un cómplice que lo odie con la misma pasión, o si quien pregunta lo hace desde una admiración que roza el fundamentalismo terrorista— lo ideal es construir una respuesta gris y neutral, que alabe y hunda el cine de Nolan en igual medida, que disfrace el elogio de vituperio y la crítica de alabanza. El equilibrio debe ser justo, delicado, o todo el castillo de naipes se desmoronará como un castillo de naipes. Fíjese, por ejemplo, en la frase «es el mejor director de nuestro tiempo, y por ello también el peor». Su estructura sintáctica y sus puntos semánticos básicos fueron diseñados por el Servicio de Inteligencia de Estados Unidos para las entrevistas que Harry S. Truman tuvo que enfrentar el día después de los bombardeos de Hiroshima y Nagazaki. Es perfecta. En el caso de la pregunta sobre la obra de Nolan, esta frase predispone a quien hizo la pregunta a manifestar su propia postura, por ejemplo «¡Claro, yo también creo que es el mejor director del mundo!» o bien «¡Exacto, es el peor, lo odio!». A partir de ahí, es muy fácil continuar la comunicación, esta vez auspiciada por el común amor u odio hacia Christopher Nolan y/o su obra. Puede que haya nacido una amistad inquebrantable, o que truene, en el horizonte, una tormenta coital.
¡Pero hay más! Si  quien nos hace la pregunta resultase ser una persona lúcida y muy hábil en el arte del coloquio, y estuviese a punto de denunciar nuestra cobarde neutralidad y exigirnos,  casi obligarnos a manifestar abiertamente qué pensamos sobre la filmografía de Nolan, entonces eso tampoco ocurrirá en este ejemplo. No, no. ¿Por qué? Por la última palabra. Rubigante. (¡Deténgase! Regrese. Nada le dirá wordreference.com o el diccionario de la RAE. ¡La palabra no existe!) La inclusión de un término inexistente en medio de una larga y compleja respuesta, gramaticalmente correcta y léxicamente frondosa y además cargada de adverbios, automáticamente lo colocará a usted intelectualmente por encima de quien le ha hecho la pregunta. La persona no se atreverá a denunciar la neutralidad de su postura, perseguida por el miedo a que usted descubra que no sabe el significado de rubicante (o gandolo, o predaquio, o formozzo, o mastoidelelele). Y si aún así se atreviera y lo increpara con un «Pero vamos, dígame qué piensa de las películas de Nolan», usted simplemente puede responder «Pero si acabo de hacerlo: rubicantes. Eso es. ¿O acaso no sabe lo que rubicante significa? Jajaja (Risa cargada de incredulidad). Me atrevo a apostarle ahora mismo los riñoncitos de mi hijo Timothy: el interlocutor cambiará de tema y usted se verá librado de esta tediosa e infructuosa conversación, de esta cansina y polola charla, de este infleudo, grimacio apochofe.



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