¿Quién quiere que Papi vaya a la cárcel?

martes, 31 de mayo de 2011 |

Madre sospecha que Padre mantiene una relación carnal con otra u otras mujeres.
Padre vuelve a casa con olores femeninos de perfume y de lociones y cremas y cosas que emanan olores femeninos y Padre se ríe quitándole importancia a todo lo que Madre le dice con un gesto que hace siempre con la mano cuando le quiere quitar importancia a algo y dice que el olor ese viene de cuando saluda a las potenciales clientas que visita en sus rondas de venta y Madre le dice que no le cree porque cómo se le va a quedar tanto olor de solamente estrecharle la mano a una mujer y Padre entonces se apresura a decir que estrechar la mano no sirve para nada, que si se quiere cerrar una venta lo que hay que hacer es abrazar cordialmente a las potenciales clientas, de manera íntima pero cordial, con una «cercana distancia» que genere una ilusión de vínculo estrecho con la potencial clienta, y agrega, Padre, que seguramente a las clientas se le quede mucho del olor de su perfume (o sea, del perfume que Padre usa) y que seguramente los maridos o parejas de esas potenciales clientas les pregunten de dónde viene ese olor tan masculino que las potenciales clientas emanan, y sospechen lo mismo que sospecha Madre ahora.

Madre entonces dice que bueno, que acepta que el olor venga del abrazo estrecho que Padre les da a las potenciales clientas para crear la ilusión de un vínculo estrecho y de esa manera reforzar la relación y aumentar las posibilidades de ventas, pero lo que no está dispuesta a aceptar, dice Madre, es que de ese abrazo resulten también las manchas de lápiz labial que Padre tiene en el cuello de la camisa. Padre repite el gesto de quitarle importancia a las cosas y añade una carcajada impostada y muy falsa que refuerza la remoción de importancia de lo que Madre acaba de denunciar, y afirma, Padre, que el lápiz labial, por increíble que parezca, proviene de cuando las clientas, el noventa por ciento de las cuales son mujeres infelices y cargadas de tensión, dice Padre, rompen a llorar en el momento del abrazo y la «cercana distancia» y entonces a veces se aferran a Padre y lloran sobre su hombro y si alguna de las potenciales clientas lleva lápiz labial, entonces es comprensible, afirma Padre, que un poco de ese lápiz manche el cuello de su camisa en el momento de mayor catarsis por parte de la potencial clienta, y para finalizar, Padre agrega que el momento del llanto es clave para cerrar una venta y que si en ese instante él decidiera rechazar amablemente el apoyo emocional, la potencial clienta se ofendería y lo echaría y no le compraría nunca más nada y que por eso él las abraza y les acaricia el pelo y les dice cosas como «ya está, ya está, ya pasó» y deja que las potenciales clientas le manchen el cuello con lápiz labial y lo impregnen todo con sus olores femeninos.

Madre levanta una ceja y asiente con la cabeza y dice que le cree pero entonces se le afloja la voz como si fuera a llorar y dice que lo que no cree que Padre pueda explicar es la cantidad enorme de “chupones” que Padre tiene en el cuello, y Padre hace un gesto con la mano, el gesto de quitar importancia, e imposta la carcajada y esta vez tira la cabeza hacia atrás y se ríe mirando el techo y agarrándose la panza con las manos para garantizar la remoción de importancia del comentario de madre, y explica, Padre, que los chupones provienen de un porcentaje más reducido de mujeres que malentiende la «cercana distancia» y la interpreta, desde su soledad y su amargura y su frustración, como un acto de seducción por parte de Padre, es decir, dice Padre, que creen que la «cercana distancia» es «intimidad y conexión» y entonces en el momento de llanto a veces inclinan un poco la cabeza hacia el cuello, de a poco, arrastrando los labios por el hombro hasta el nacimiento del cuello, donde Padre lleva una gota de perfume, y a veces eso las excita, dice Padre, y entonces no se pueden resistir y el abrazo se convierte en algo más y las potenciales clientas entran en un estado de sensualidad intenso e irrefrenable, y le muerden el cuello e intentan desnudarlo, y si el momento del llanto es clave para cerrar una venta, éste lo es aún más, explica Padre, porque si ahora él rechaza la iniciativa sexual ejecutada por la potencial clienta, ésta se verá de golpe humillada y ofendida, se sentirá fea y abandonada y no sólo echará a Padre a la calle y no le comprará nunca más nada sino que además llamará a la Compañía y es posible que hasta denuncie a Padre por acoso sexual, y no te tengo que recordar, le dice Padre a Madre, que el lápiz labial y los olores que tengo en todo el cuerpo podrían ser interpretados, por gente miserable y malintencionada, como pruebas irrefutables de cierta intimidad impropia de tratos meramente laborales, y Papi, dice Padre dirigiéndose a mí en esa voz fina y condescendiente que siempre usa conmigo, podría ir a la cárcel, y ¿quién quiere que Papi vaya a la cárcel?, naaaaadie, nadie quiere que Papi vaya a la cárcel, ¿no mi amor?, me dice Padre y me alza por el aire y me sienta en sus hombros y me lleva a mi habitación usándome como vía de escape para salirse de una encrucijada que una vez más ha sabido resolver en su favor.


0 Comentarios:

Comentar desde Facebook

Comentar desde Blogger