El último en ver la cara de Fofito Hólograms antes de que se le fuera la simetría a la mierda fui yo.
Fue un momento, un instante, nos cruzamos en un taxi, es decir que yo me estaba bajando del taxi y el subía, o creo que fue al revés, y nos miramos y reconocimos pero fingimos ignorarnos, simular la inexistencia del obvio contacto visual. Nunca nos llevamos bien y además reconozco que parecía apurado, él, y yo no tenía ganas de parar a hablar, además de que eso significaría sacrificar el taxi, y en hora pico, y lo peor que te puede pasar en esta vida, con la posible excepción de que se te vaya la simetría facial a la mierda como le pasó a Fofito Hólograms, lo peor que te puede pasar es perder un taxi y tener que quedarte acto seguido poniéndote al día con él (es decir, con F.H.)
Volví a verlo unos meses después, el día después del accidente, o sea cuando Chau Señora Simetría, cuando tenía los ojos uno a cada lado de la cara, con la inflamación nasal inhumana separándole los ojos, como si fuera uno de esos peces que se hinchan cuando se sienten amenazados, ¿viste?, bueno, pero muy amenazado.
Pero esto es una metáfora. Fotito parecía algo mucho pero mucho más feo que un pescado. La primera impresión de pez globo se iba cuando te empezabas a fijar en los detalles, y entonces lo único que te venía a la cabeza era la palabra error. Fofito Hólograms parecía un error, la idea del Èrror y la eso que sentimos cuando acabamos de hacer algo muy mal, muy equivocado. En el Mundo de las Ideas de Platón, la idea de error no debe estar muy lejos del aspecto de Fofito después del accidente. Tenía ampollas en la "cara", una de las orejas le colgaba de un hilo que parecía muy frágil pero que resulta que era un cartílago o algo así, el doctor le explicó no sé a quien y a mi me lo contaron en la sala de espera, total que la oreja le colgaba de una membrana o algo muy resistente, pero vos lo veías a Fofito y te daban ganas de decirle «cuidado Fofi que se te cae la oreja», pero por supuesto ninguno se lo decía.
Para ser sinceros, ninguno le decía nada. Nos aseguraron que estaba despierto y consciente y que sus capacidades cognitivas y su audición no se habían visto afectadas (a pesar de la oreja que colgaba de la cosa esa, claro, pero quiero decir que escuchaba bien), pero es muy difícil hablar con un Error, qué le vas a decir. Es difícil hacer bromas cuando estás ante eso, ante esos ojos que miran paredes opuestas, esa cabeza semiquemada con islitas de pelo chamuscado y con algo como plasma hirviendo brillante en donde antes estaba la piel pecosa de Fofito, como una película irregular de barniz en todas las partes de la cabeza donde ya no había pelo. Qué le vas a decir, ¿una broma? ¿Para romper el hielo? Lo que había que romper en esa habitación era un iceberg, era la mismísima antártida, para romper eso necesitabas algo más que una broma. Paloma se arriesgó y dijo «Cuando te ponen boca abajo no estás tan feo», porque en un momento de la visita vino la enfermera y le dio la vuelta para cambiarle las gasas de la espalda, y después, cuando la enfermera terminó, Paloma hizó el intento de chiste, pero absolutamente nadie se río. Ella sola se fue al ratito, roja. La única respuesta de Fofi fue un sonido como de gorrión aplastado, no sé, algo así, y la enfermera nos dijo que eso era un estornudo de Fofi, o sea que ahora sus estornudos iban a sonar un poco como la versión auditiva de su estado físico. Pobre Fofi.
Muchos llevamos flores. La madre de Fofito trajo un equipito para poner música y los compañeros de la discoteca le trajeron unos mp3s que se ve que Fofito tenía en su oficina, los trajo su jefe en un pendrive. Era una mezcla muy rara, eran canciones que nadie se atrevería a juntar en un pendrive. Sonaban los Beatles, después Gloria Trevi, Led Zeppelin, The Doors, Sergio Dennis, Daddy Yankee, el oficial Schultz y María Elena Walsh. Escuchamos casi todas las canciones, entre estornudos de Fofito (algo así como Argh... ¡¡¡Prrrrrrrfllltttttr.rr.r....rrr...!!!) y pausas en que la enfermera nos decía que tenía que cambiar vendas o limpiarle el plasma de la cara o reacomodar la oreja, que se seguía deslizando hasta colgar del pedazo de piel dura.
Estuvimos todos un rato largo. Yo fui de los primeros de llegar, apenas me enteré. Me avisó un amigo que tenemos en común, pero él no vino. Yo llegué y no había nadie, solamente Fofi, así que
HOLA SEÑORA INCOMODIDAD
O sea, ves a un tipo subiendo a un taxi, malsimulando no reconocerlo, rompiendo cualquier tipo de cordialidad nada más que para no perder un taxi y después sos el primero en llegar a una sala de espera donde el mismo tipo está en un estadete digamos en progreso de volver a ser humano, una especie de mutante raro, a medio hacer, algo que se encuentra en la trastienda de un Josef Mengele o un Seth Brundle. Muy buenos días Señora Incomodidad, qué la trae hoy por aquí.
«No sé si podés oírme, pero estamos para lo que necesites», le dije. ¿"Estamos"? ¿En plural? ¿Quiénes? ¡¿"PARA LO QUE NECESITES"?! Yo creo que si hubiese podido hablar, Fofito me hubiese mandado a la reputísima madre que me parió. Así de claro. Me hubiese dicho "Bueno, ya que me lo decís, me vendría bien una oreja nueva, unos cinco metros cuadrado de piel y fijate si conseguís un acomodador de ojos". Por suerte llegó la hora de un drenaje de saliva o de algo y la enfermera me hechó. Después llegó Paloma y los de la oficina con la música rara.
La madre nos dice que se va a mejorar, que es cuestión de fuerza. Me gustaría creerle, pero ni siquiera el doctor piensa que vaya a evolucionar bien. Una cosa es que se le junten más los ojos cuando baje la inflamación, que le cosan la oreja, que le implanten pelo nuevo, pero otra es que arreglen lo demás. Pobre Fofito. La nariz, por ejemplo. O mejor dicho la no-nariz, la ausencia de nariz. Ahora con la sonda se disimula más, pero yo espié cuando la enfermera le acomodaba la máscara de oxígeno. Tiene un hueco en la cara, y no del tamaño de la nariz, es como una grieta, su cabeza es como una pelota rajada pero que se mantiene inflada, y cada lado de la grieta los dos ojos. Si hiciesen un concuros de Hacer un Emoticon con la cara de Fofito yo enviaría este (º () º) pero eso es solamente esquemático, no le hace justicia a la gravedad de su, digamos... situación facial.
Otra cosa que no creo que le arreglen es todo el tema del mentón que se le torció todo hacia un costado, como si Fofito tuviese la pera donde otros tienen las muelas, no sé si me explico. Como si su cara fuese un cubo rubik y lo hubiesen mezclado más allá de una posible solución. Como si además de girarle las filas y las columnas alguien hubiera sacado piezas y hubiese puesto otras de otro cubo distinto, de otro fabricante para nada homologado. A menos que venga el Señor Premio Nobel en Cirujía Doctor Phillip Unugly, Fofito le puede ir diciendo chau a las Relaciones Públicas.
Ah, sí, porque esa es otra, Fofito es RR.PP. Es como una segunda vuelta a su mala suerte, porque no es por nada pero si a un novelista, por ejemplo, que se pasa el día estudiando la naturaleza humana en su casa en la montaña, de golpe se le cae ácido en la cara o lo pisa un tractor y se le jode la simetría, el tipo con tal de que pueda conservar una mínima motricidad en las manos y sus capacidades cognitivas yo creo que sigue escribiendo y analizando la naturaleza humana sin mayores contratiempos. Pero Fofito Hólograms era el RR.PP. de la discoteca más famosa de la ciudad, y te la debo ser el dueño de Fátima ahora. (Fátima es la discoteca). Te la debo, en serio, porque se ve que el tipo no lo puede despedir a Fofito diciendo que "es que quedaste feo", no, o sea puede probar pero si Fofito quiere lo denuncia y le hace un hueco más o menos proporcional a la grieta que le divide la cara. Y te la debo mantener contactos y contratos publicitarios y sponsors y strippers con la caripela que le quedó a Fofito, te la debo, te la regalo. Por eso mismo yo creo que si estuviera en el lugar del dueño de Fátima me quedaría en el molde, esperando que Fofito él solo se vaya cansando de que le corten el rostro –perdón por lo inoportuno de la frase– hasta renunciar sin derecho a indemnización ni a nada. Es cruel, pero el tipo tiene que cuidar el negocio. Al dueño de Fátima, me refiero.
Lo que no quiere decir que no esté preocupado por Fofito.
Lo estoy, mucho.
Y también por mí, porque todavía no sé qué me llevó a venir hoy a verlo. No fue la morbosidad de dquerer verle la cara. Yo creo que fue culpa. No de su accidente, pero sí de hacerme el que no lo reconocí cuando me subí a su taxi. No dejo de encontrar un cierto simbolismo medio barato pero efectivo en toda la historia. Como que vamos todos en el "mismo taxi" y a todos nos puede quedar la cara como un caballo de Picasso y que entonces tenemos que saludar a la gente y sonreírle y sobre todo verles sus sonrisas, prestar atención a las sonrisas, cerrar los ojos bien fuerte después de verlas para que se impriman en las retinas como los foquitos cuando explotan, como los fofitos cuando explotan, cuando se les derrite la cara en un accidente y pierden el pelo y la inflamación les pone los ojos uno para cada lado, como un pez muy pero muy amenazado.
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