Viene un tiu pel carrer, jovencito, con mochila, un nen correctu, viene pel carrer y yo estoy estable aunque sin blue pepas, pero estable y con ganas de conversa, así que me le cruzo, me interpongo en el seu camí y le digo «pero qué pasa nen, com va aixó, qué hace un pibe así de bien pel carrer en un día soleado y despejado com el que fa avui», y no te lo pierdas, agafa el tio y em dice «oye, tranquilo, déjame pasar, déjame en paz y déjame pasar», com si yo fuera un boig incibilisadu, el tío no me conoce de res y me dice que lo deje en paz, y me pregunta por qué mezclo el catalá y el castellanu com si fuera yo qué sé, un incibilisadu, un boig inestable sin polenta en zaratustra, como si fuera corto de pastillas azules o yo qué sé, y em diu el tio amb dos cojones que no me entiende del todo lo que digo, que no me comprende y que por favor lo deje pasar, que el sólo vuelve de la escuela y está cansat, se enoja més i més el tiu y em diu que deje de mezclar las dos lenguas y que lo deje pasar, que él no vol res, solamente volver a su casa, y em diu el tiu tó loco que no quiere problemas, y le digo «pero nen, si yo l’únic que vull es una mica de innovació en términs lingüistics, no tengas miedo que no vas a llorar rojo ni nada, no hay buits acá, solo la búsqueda de innovació lingüística», y además, añadu, «¿no ves que todos los hipsters parlan spanglish y nadie dice nada?, cla, amb el spanglish no hay problema, ¿entonces por qué no podemos tener una mezcla una miqueta més local?, ¿saps?, ¿rollo catallá?, una mezcla que sigui l’ultim de l’ultim en els circles hipster de toda Barcelona, nen, escoltam, en serio, escoltam, esto lo peta, una miqueta castellá, pam, un poco catalán, pim pam, buah, nen, nen, miram als ulls, nen, eh, nen, esto lo va a petar con polenta y zaratustra.»
Y agafa el tiu i em diu tó racista que por qué tengo este interés tan intenso si yo ni siquiera soy español ni catalán, em diu que reconec el meu accent argentí, el putu tiu, joder, casi como si quisiera que le entre un zaratustra en un buit abdominal y le haga llorar rojo, el putu tiu me mira a los ojos i em diu que vengo de afuera, com si jo no supiera que soy argentino y que uso mal un montón de expresiones idiomáticas de la seva terra, como si no supiera que no vivo en Argentina y que me cuesta una mica la estabilidad y mantener alto el nivel de zaratustras, como si no supiera todo esto viene el tiu i me lo dice en tot el meu rostre. Y veig que está nervioso y asustado pero no sé por qué, si yo sólo quiero disfrutar un rato de la conversa i res més, pero el tiu se enoja i eleva el seu volum y pregunta si estoy tratando desesperadamente de encajar o de llamar l’atenció, y que lo deje pasar de una vez que se quiere ir, i que si no sé parlar catalá no pasa res pero que deje de intentar disimularlo en una mezcla rara que no entiende, ¡amb dos collons el tiu m’acusa de todo esto!, «y claro, supongo que porque no sabes hablar bien el catalán intentas disimularlo», em diu el tio amb un parell bien gigante de collons, y yo le digo que es veritat que vinc d’afora i que soc argentí pero nen, le digo, «ostia nen, a veure, chabón, locura, pibe, si me escuchás un toque seguro que encontramos alguna manera de entendernos, vieja, máquina, flaco vos fumá y no agités el avispero al pedo, no te pongás la gorra, relajá el ojete y andá subiendolé un poco la polenta a esos zaratustras» y em diu el tiu que ahora estoy mezclando jerga argentina y otras cosas que no entiende, dice «oye, en serio, ahora dices cosas en argentino y no sé a qué es lo que juegas con lo de los zaratustras y tal, pero déjame ir, por favor, que no quiero problemas», i se pone a insistir con que lo deje pasar y le digu «nen, pero si yo no te retengo, máquina, cuan vulguis et vas», i entonces saco —sin ninguna relación con la conversa i solament porque me viene de gusto en ese momento— una navaja para limpiarme las uñas que las tengo una miqueta roñosas, i el tiu agafa i se pone a interpretar eso como una amenaça, «Oye, no, no, oye, deja eso, déjame ir», y yo, «¡Pero a veure chabón!», i añadu: «a veure esa polenta, nen, es para las ungles la navaja, no te quiero hacer plorar vermell per els buits de zaratustras, ¿es que no ves que son totes llengues, en este caso la llengue corporal, i que es pot malinterpretar?, ¿ no ves que he sacado la navalla para limpiarme las ungles i tot plegat a tutiplén ho has interpretat como un símbolo amenazante pero porque has malinterpretat los códigos?», vamos a relajar el ambiente porque me parece que no cazás una, que no te enterás de res, vamos a relajar el ambiente con un chiste, va, eso, te cuento un chiste, escolta bé: van dos zanahorias caminando pel carrer, una se cae y la otra le dice “arriba que no pastenaga”, JAJAJAJA, una miqueta de humor bilingüe, va, ¿sí?, ¿entendés?, ¡arriba esos zaratustras con polenta de la buena!, tranquilo mi pollo, que saco la navalla porque tengo las ungles un poco roñosas y las quiero limpiar, comprenc el teu miedo pero no entiendo porqué pensás ahí només que soc un incibilisadu sin zaratustras, i le digo «per favore, bambino, una mica de seny, un poco di sanità mentale, mamma mia», i el tiu no se queda en pau ni un segon y no me deja seguir o sea me interrumpe a tutiplén tot plegat i me dice que acabo de meter una tercera llengua, que acabo de introdurre una tercera lingua, l’italiano, mamma mía, por el amor de la mare meva, le digo, «¡QUÉ IMPORTA CÓMO HABLEMOS!, si nos estamos entendiendo», le digo, sacudiendo la navalla, y me dice «tio te lo pido bien y por favor, te lo pido por favor, guarda la navaja y déjame, déjame seguir mi camino, yo voy tranquilo a mi casa, acabo de salir de la escuela y voy a casa», y yo la veritat ya estoy un poco enojado y se me empieza a desestabilizar todo porque además voy flojo de pepas azules, y le digo «nen, ¿vos querés plorar vermell?», y le digo «¿vos te pensás que yo arribé al teu país para amenazar a adolescentes y ferles buits que lloran rojo?, per favore, ¡cazzo!, lo que pasa es que estic una mica inestable avui, calculé mal y no tinc pastillitas azules, voy esta mañana al botiquín y cero blue pepas en el frasco, nada de pastillas hasta mañana, y sin las pastillas se me baja esa polenta zaratustriana tan necesaria, y se me va la paciencia, ¿viste?, pero no es para que tengas miedo porque hace rato que nadie plora vermell, y si no te dejo pasar es porque valoro mucho las nostras conversas, sos un nen ultramacanudo, un bambino correcto, un cuate legal, wey, alta chingada la teva onda, sos un auténtico übermensch, un tutiplén tot plegat a tot-a-rell incondicional, un ecce homo más allá del bien y del mal», y me dice el tiu ya un poco llorando, llorando blanco, no vermell, llorando blanco, plorant transparent i pels uls, me dice que ya ni siquiera sabe qué digo, que por favor lo deje ir que tiene miedo de cómo hablo, y dice que m’estic inventant la meva propia jerga, my own jerg, la mia lingua personale, i acto seguido, va el tiu y con cero zaratustras en el torrente sanguíneo procede a empujarme e intenta huir.
¡QUINS COLLONS! ¡CONTACTO FÍSICO!
El tiu me insulta en la cara, como si fuera un incibilisadu perdido, como si fuera un boig sense remei, ¡como si fuera un irrimediabilmente pazzo!, y com si això fuera poco me empuja y trata de fugir, y joder, yo no he arribat a aquest país a hacer que la gente llore rojo, ya no quiero buits que lloren rojo, lo juro, pero en ese momento en que el tiu es torna boig y me empuja se produce un malentendido inversemblant i de carácter cuchillil, un malentendido casi nada zaratustriano, ni falta hace decir que el malentendido ganivetiano carece de toda polenta, un mal cálculo, un cruce de cuerpos, un desencuentro triste, un empujón hacia el aire en desacierto del meu hombro, yo lo esquivo en un acto reflejo y el tiu empuja l’aire, y el malentendido de carácter ganivetiano deviene perforativo, el malentendido no-zaratustriano y cero-polentil acaba en perforación abdominal, pobre panxa del pobre tiu, se le clava la navalla y se abre el portal por donde entra zaratustra, y cuando te entra zaratustra el buit plora vermell. Así se lo explico, para que no se asuste: «A veure nen, te acaba de entrar zaratustra en la panxa, vas a plorar rojo, se viene el llanto vermell, preparáte, pero no pasa res, nen, tranquilo, vos fumá porque el buit no té profunditat, te llora el hueco donde entró zaratustra i es un buit sin polenta, polenta ahí no hay, qué vols que et digui, polenta ahí no hi ha res, solamente un zaratustra lonely, sentadito en el hueco, afilado y brillante, un zaratustra filoso y solitari induciéndote un llanto rojo en el buit por donde entró, buit del ganivet pero sin intención, yo no vine a aquest país para esto, fue un accidente chuchillil, y el zaratustra está tranquilo entre lo rojo, no lo muevas, no le hables, yo voy a buscar polenta para parcharte eso y vengo, en cuanto trobe una miqueta polentiana vuelvo y te curamos, nen, ara vinc, pibe, ara vinc».